Debo expresar mi preocupación por la crisis que se presenta con la disponibilidad de algunos medicamentos en Venezuela. Muchos de mis pacientes regresan derrotados a confesar que no encuentran los "remedios" indicados. En mi consulta en particular es un verdadero reto estructurar una prescripción apegada a los estándares de calidad que dicta la cátedra y que se merece la población que confía en mis servicios. Fármacos de uso cotidiano tales como los antibióticos, antialérgicos, antiinflamatorios esteroideos y probióticos intestinales están practicamente desaparecidos.
Es tal la escasez de medicamentos que las prescripciones son de una calidad cuestionable y susceptible casi de ser inapropiada. En cuanto a los antibióticos el repertorio de alternativas es sumamente reducido especialmente para niños, limitándose al empleo de Amoxicilina, Sultamiclina, Trimetropin Sulfa, Cefadroxilo, Cefalexina y Azitromicina, esta última solo disponible irregularmente en la red de salud pública. Indicar Amoxicilina + Acido Clavulánico, Cefixima, Cefuroxima Acetilo y el Ceftibuteno entre otros, es condenar a una penitencia a los familiares lo cual es público y notorio a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales.
Sobra decir que los pacientes hipertensos están sometidos a un verdadero calvario para encontrar su tratamiento. Muchos de ellos confiesan "ahorrar las pastillas" tomándolas interdiarias y otros simplemente las han dejado de tomar.
En cuanto a las anticonceptivas... mejor dejo esto hasta aquí.
Vivo y ejerzo mi profesión de médico en el Estado Lara de un país llamado Venezuela.
Dr. Walter Torres Samuel.

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